3 de agosto de 2011

2013


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-Hay mucha gente hoy-comentó Natalie, viendo de reojo al hombre que estaba sentado al lado de ella, en el asiento del conductor. Cubiertas las miradas de ambos por los lentes color carbono que usaba cada uno, se miraron el uno al otro, entretenidos a muerte. Con una sonrisa que recorría el ancho de su rostro, la mujer rubia de alrededor de unos veinticinco años de edad se dio cuenta de la obviedad de su comentario-Lo siento, no me acordaba que faltan semanas para el siguiente fashion week- 

-Suele pasar-contestó él con simpleza, con su atención centrada en la que era su mejor amiga. De repente, su mirada captó al hombre delante del Audi color negro que les indicaba con un gesto que era seguro bajar. Con un breve asentimiento de cabeza, él le indicó de vuelta al joven musculoso con la playera rotulada "VSD" que estaban listos para descender del aerodeslizador.

Bill Kaulitz
-Tendremos que correr-musitó divertido, antes de poner su pié entaconado en el asfalto negro de la calle. Apenas hubo abierto la puerta, una multitud de gritos con su nombre se dejó oír por encima de cualquier otro sonido. Extasiado, el hombre contempló a la multitud de jóvenes que se aplastaban contra la valla de contención, alargando sus manos hacia él, intentando tocarlo. Con una enorme sonrisa de parte de sus dientes blancos y perfectamente alineados, se desató aún más la euforia del grupo de jovencitas que lo deseaban como marido. 

En silencio, el joven de veinticuatro años saludó con movimientos de su mano a las chicas que coreaban su nombre, fascinadas por tenerlo ante ellas. No fue sino hasta que Natalie le indicó con un gesto de la mano que era tiempo de irse, cuando él comenzó a vadear el armatoste ligero de metal que era su transporte particular. Taconeando con sus botas afiladas sobre el suelo semi-húmedo de la calzada principal, no pudo evitar sonreírle tiernamente a la chica de piel blanca que lo esperaba en la escalinata de la entrada al edificio principal. 

-¿Qué quieres que haga?-le contestó con una enorme sonrisa, desarmándola por completo. 

Vestuario de Bill
-Simplemente volverlas menos locas, un día las vas a mandar a un manicomio-se burló Natalie Franz, antes de tomarlo del brazo para entrar juntos al recibidor del enorme complejo de Chanel. Apenas estuvo dentro, Bill Kaulitz se descubrió la cabeza del gorro que llevaba puesto en un solo movimiento, alborotando su cabello de paso. En silencio, Natalie se dedicaba a acomodárselo, a pesar de lo poco que a él le gustaba esto. 

-Nat...-suspiró con fastidio. No porque no le gustara que ella se tomara esos detalles con él, sino simplemente porque se sentía como si estuviera con su madre cada vez que hacía eso. 

-Nada de "Nat"-lo contarió la chica, quitándose los lentes obscuros y colocándoselos a manera de diadema encima de su espeso cabello ondulado-No voy a permitir que mi jefe aparezca para el ensayo del desfile con el cabello como si se acabara de levantar, más cuando trae a su estilista con él- 

-Te gusta lucirte...-rumió él con desesperación, sabiendo que nada podría hacer con la mujer. Llevaban fácilmente seis o siete años juntos y sabía que no la iba a cambiar de su personalidad de hueso duro de roer de un día para el otro. 
Natalie Franz

En silencio, se dejó hacer por las manos de la chica, las cuales se movían hábilmente por el cabello negro de él, removiéndolo de un lado al otro y acomodándolo de manera que se viera estético. Para cuando sonó el diminuto timbre que indicaba que el elevador estaba listo para ser abordado, Bill estaba peinado y listo. Dentro, un grupo de mujeres, mezcla de modelos y chicas que trabajaban en Chanel, se quedaron viendo al vocalista de una de las bandas más influyentes del momento, ganadora año tras año de premios internacionales y nombrados como "la revelación del siglo" a pesar de las dificultades que habían tenido que sufrir en sus comienzos. 

-Justo a tiempo-masculló él con una sonrisa galante al ver a las cinco mujeres de diferentes estilos y estaturas metidas en el cubo del ascensor. En silencio, la mujer que iba con él, apenas unos centímetros por debajo de la estatura de su jefe, le dio un codazo en silencio; antes de internarse con él dentro del cubículo.

Una vez que cada una de las chicas hubo bajado del ascensor cristalino que permitía una vista de la ciudad en todo su esplendor, Bill y Natalie se quedaron de nuevo solos, muertos de la risa ambos ante la frialdad con la que él había podido manejar  las miradas excesivamente lascivas del quinteto de mujeres que bajaron en el mismo piso. 

Vestuario de Natalie
-Temí por tu abrigo-farfulló Natalie, ahogándose en carcajadas ante la presencia atónita de uno de los modelos más cotizados del medio de la moda-Creí que cualquiera de ellas te lo iba a quitar de un momento al otro- 

-Yo estaba más preocupado por mis pantalones-le siguió Bill la broma-Carajo, creí que los iban a hacer pedazos- 

-¿Para qué?-se mofó ella-No hay nada que te puedan ver sin los pantalones que no se te vea ya- 

-¡Oye!-se quejó él entretenido, observando los pantalones extremadamente ajustados de imitación cuero que llevaba-¿Qué quieres decir con eso?- 

-Yo nada... tus nalgas sí-se río ella, avergonzando a Bill súbitamente. En la reflexión de los cristales, él se encontró a sí mismo un poco avergonzado al ver la manera en la que el pantalón se plegaba a su cuerpo, en una forma muy poco platónica. 

-Bueno, ya con mis encantos-cortó él el juego de súbito, poniéndose, si bien no mortalmente serio, un poco más cordial con su humor. Del otro lado del ascensor, la muchacha delgada y de grandes ojos color verde también se tranquilizó-Hay que llamar a mi hermano, se supone que tenemos grabación a las...-

-Ahá, ¿Y yo soy tu asistente?-replicó Nat, haciendo que a Bill se le escapara una sonrisa-Llámalo tú- 

-Eso me gano por tenerte tan mimada, niña-contestó él fingiendo molestia, mientras, dentro de su cerebro, buscaba por medio del chip que tenía integrado dentro de él el número clave del holocomunicador de su hermano. Inmediatamente, lo encontró entre sus contactos más recientes y, de manera mental, le indicó al artefacto que lo enlazara con su hermano gemelo, Tom.


2 comentarios:

JANDA/Alex dijo...

ME ALEGRASTE EL DÍA HARLU PRECIOSA!!!..

Con Bill iniciando éste nuevo reto estoy más que feliz...Danke schön!!..

Pinta muy bien y ya quiero saber más eh!!..

Muchos saludos, Alex!!

Itzel dijo...

Yo sí le hubiera arrancado la ropa a mi Bill…

¡Qué buen capi, Harl!...Aunque déjame decirte que…o estuvo muy corto, o prácticamente me lo trague.

¿Chip en su cerebro? Sí, se que manejaras la tecnología, pero…Eso no me lo espere… Fue bastante llamativo…Ojala y yo estuviera entre sus contactos :P

Espero el próximo pronto…

Besos!


S.K